Un brindis por ti, colega

Éste es el último newsletter del año. No voy a hacer balance, porque lo hecho, hecho está. Pero sí que voy a brindar para desearte algunas cosas. Y aunque algunas no sean políticamente correctas, me importa un carajo porque te hará bien oírlas. Merry Christmas.

Brindo para que no seas cobarde cuando sientas miedo. Ser cobarde no sale a cuenta.

Brindo para que le digas a la gente más a menudo que la quieres. No, aunque creas que ya lo saben no es lo mismo. Hay un mundo de diferencia.

Brindo para que dejes de hacer tantas gilipolleces y le dediques tiempo a algo que de verdad merece la pena para ti. Es el único sentido que le encontrarás a la vida. Y no tiene sentido esperar para encontrarle sentido a la vida.

Brindo para que dejes de actuar como si te quedara mucho tiempo por delante. Es un espejismo con el que chocarás de bruces cuando sea demasiado tarde.

Brindo para que pongas límites a las personas que te drenan energía, pero que lo hagas sin que tu corazón se endurezca. En ese equilibrio está la virtud.

Brindo para que dejes de poner chorradas en las redes sociales para mostrar a los demás lo cojonuda que es tu vida. Si necesitas hacer eso, no es tan cojonuda. Además, a nadie le importa aunque parezca que sí.

Brindo para que abraces la idea de que eres tú quien elige cómo reaccionas a lo que te sucede. Y que compruebes que la calidad de tu vida depende mucho más de esa elección que de lo que te sucede.

Brindo para que dejes de prestar tanta atención a lo urgente y prestes más atención a lo importante. Aunque lo importante no haga ruido, se deteriora en silencio.

Brindo para que intentes cosas difíciles. El éxito que te llevarás siempre contigo no está en acumular los logros arbitrarios que valoran los demás, sino en no rendirte ante los obstáculos que te impiden crecer.

Brindo para que te bañes en el mar en pelotas. No requiere explicación.

Brindo para que no pierdas la curiosidad y sigas aprendiendo por tu cuenta. Tus posibilidades se expanden cuando aprendes. Y cuando tus posibilidades se expanden, ocurren cosas buenas.

Brindo para que dejes de reclamar tantos derechos y libertades y te eches al hombro un poco más de responsabilidad. Ya no eres un niño de 7 años. Equilibra la balanza de lo que das y lo que recibes del mundo.

Brindo para que resistas los buenismos, las moralinas, la presión de comulgar con movimientos sociales anclados en emociones que desafían el más ínfimo espíritu crítico. Hay problemas muy serios en el mundo que requieren atención y recursos. No des aire a personas y grupos que dicen actuar en aras de la ética, la justicia y la igualdad cuando en realidad sólo buscan el poder para sí mismos.

Brindo para que rompas las reglas que no tienen sentido para ti y que sepas asumir las consecuencias con entereza. Todo lo bueno de lo que disfrutamos ahora es fruto de que alguien, en algún sitio, decidió romper las reglas.

Brindo para que antes de intentar cambiar el mundo pongas tu propia casa en orden. Si lo haces al revés sólo empeorarás las cosas.

Brindo para que dejes de consumir contenidos de los medios de comunicación y encuentres la manera de acceder a información más rigurosa para formar mejores opiniones. Esa información existe. Encuéntrala.

Brindo para que dejes de quejarte, de culpar a fantasmas y de esperar a que alguien te salve de tus miserias. El único responsable de tu vida eres tú. Cuanto antes entiendas eso, mejor que mejor.

Brindo para que dejes de creer que te mereces las cosas. No te mereces nada. Lo único que importa es lo que decides hacer aquí y ahora, y por qué decides hacerlo. Lo que pasa después está largamente fuera de tu control. Tú eres la decisión, no las consecuencias de la decisión.

Brindo para que muestres tu verdadera cara cuando te relacionas con los demás. Puede que algunas personas se alejen de ti, pero sólo así podrás tener relaciones que merecen la pena. El precio de la máscara siempre acaba siendo demasiado alto.

Brindo para que cuides a tu cuerpo y a tu mente como si fueras a vivir mil años. Una persona sana quiere muchas cosas. Una persona enferma sólo quiere una.

Brindo para que seas fiel a tus principios, preferencias y objetivos, pero sin dejar de ser amable con los demás y contigo mismo. Necesitamos mucha más amabilidad en este mundo. No esperes a recibirla primero. Empieza tú.

Brindo para que seas libre sin dejar de ser responsable. No, no son incongruentes. Pocas cosas hay que caminan tan juntas.

Dale duro. Sin excusas. Desde hoy.

¿Qué otra cosa tendría sentido hacer si no?

Pues eso.

Pura vida,
Frank.

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