Número Uno (Peak), de Anders Ericsson
Puntuación: 9/10
Resumen
Nota de Frank Spartan
Un gran libro para profundizar en los misterios del camino para mejorar una disciplina concreta hasta convertirse en experto A diferencia de la filosofía tradicional del esfuerzo y la repetición, Ericsson entra en el detalle de las características del tipo de práctica que realmente genera progreso, y desgrana los pasos clave para conseguirlo.
Un manual tremendamente útil para maximizar nuestra eficiencia al aprender.
Conceptos básicos
Existen dos formas de práctica: La práctica ingenua y la práctica con propósito.
Ejemplos de práctica ingenua: Acabo de intentar darle a la bola con el bate. Acabo de oír los números y estoy intentando recordarlos. Acabo de leer los problemas de matemáticas y estoy tratando de solucionarlos. Esta es la forma en la que la mayoría de la gente practica, pero es ineficiente.
La práctica con propósito tiene objetivos específicos y bien definidos. Sin esos objetivos no hay forma de juzgar si la sesión de práctica ha sido un éxito o no.
Los componentes de la práctica con propósito son los siguientes:
- Construir una serie de pequeños pasos para conseguir un objetivo a largo plazo, tener un plan
- Feedback, tienes que saber si estás haciendo algo bien, y si no, qué errores estás cometiendo
- Salir de tu zona de confort, sentirte incómodo. Si nunca sales de tu zona de confort, no mejorarás
- Tener una forma de monitorizar tu progreso
- Mantener la motivación
- No mejorarás mucho si no pones toda tu atención en la práctica
La mejor forma de superar cualquier barrera es aproximarte a ella desde un ángulo diferente, y ahí es donde los “coach” pueden ayudar.
No dejes de cambiar las cosas para continuar aprendiendo. Ve más rápido, más despacio, adéntrate en nuevos territorios. Si haces lo mismo todos los días no mejorarás.
Solamente aprendemos hasta que sentimos que hemos llegado a un punto “suficientemente bueno”. Cuando llegamos a ese punto, consciente o inconscientemente, dejamos de mejorar, incluso con repetición continuada.
Representaciones mentales
Tu habilidad en cualquier cosa está basada en un conjunto de representaciones mentales sobre esa habilidad. Por ejemplo, los jugadores de ajedrez obtienen sus mayores progresos estudiando y adoptando retos en las partidas de otros expertos. Construyen representaciones mentales de las partidas de otros, lo que les permite mejorar más que simplemente jugando sus propias partidas.
El factor principal que separa a los expertos del resto de nosotros es que sus años de práctica han alterado sus circuitos neuronales del cerebro de tal forma que han producido representaciones mentales altamente especializadas, lo que a su vez hace posible la gran memoria, el reconocimiento de pautas, la resolución de problemas y otro tipo de habilidades avanzadas requeridas para ser excelentes en su especialidad.
El principal propósito de la práctica deliberada es desarrollar representaciones mentales efectivas. Para escribir bien, desarrolla una representación mental con anticipación que guíe tus esfuerzos, y después monitorízalos y evalúalos, manteniéndote dispuesto a modificar esas representaciones mentales como sea necesario.
El máximo nivel: La práctica deliberada
La práctica deliberada es aún mejor que la práctica con propósito. Sus principios son los siguientes:
- El campo debe estar desarrollado, de tal forma que los mejores son muy superiores a los que entran en él por primera vez.
- La práctica deliberada requiere un profesor que pueda proporcionar actividades diseñadas a mejorar el rendimiento de un estudiante.
- Esfuerzo cercano al máximo nivel, ser constantemente empujado fuera de tu zona de confort por el profesor o el coach. La diversión no es el objetivo principal, mejorar lo es.
- Objetivos específicos y bien definidos, no simplemente “mejora general”.
- Atención plena y acción consciente, no en piloto automático.
- Feedback y modificar los esfuerzos en respuesta a ese feedback, para conseguir pequeñas mejoras de forma constante
- Construir y modificar representaciones mentales
- Concentrarse en construir y mejorar habilidades específicas mediante el enfoque en componentes concretos de esas habilidades
Éste es el mapa básico de la práctica deliberada. En cualquier campo donde implementar este mapa sea posible, hazlo. Si no lo es, acércate a él lo máximo posible.
En aquellos casos en los que la práctica deliberada no es posible:
- Identifica los individuos que funcionan a máximo rendimiento
- Aprende qué es lo que les convierte en los mejores. Qué es lo que hacen diferente, y cómo se entrenan para conseguirlo
- Desarrolla técnicas de entrenamiento que te permitan hacer lo mismo.
La famosa regla de las 10.000 horas (el necesitar ese tiempo para dominar cualquier habilidad) es muy incompleta. Practicar no es lo mismo que practicar deliberadamente, y no te lleva a ser mucho mejor. El número de horas que debes practicar es relativo a las otras personas con las que estás compitiendo. En un nuevo campo podrías convertirte en maestro con 20 horas, mientras que en el ajedrez probablemente necesites 40.000.
Práctica deliberada en el trabajo
Existen grandes mitos sobre la mejora del rendimiento, como por ejemplo los siguientes:
- Nuestras habilidades se encuentran limitadas por nuestras características genéticas predeterminadas
- Si haces algo durante suficiente tiempo, acabarás mejorando
- Todo lo que necesitas para mejorar es esfuerzo
La habilidad es más útil que el conocimiento. Es lo que eres capaz de hacer, no lo que sabes, lo que te diferencia de los demás.
El sistema educativo está, desafortunadamente, basado en conocimiento. Por eso es generalmente inútil. Es mucho más sencillo presentar conocimientos a un gran grupo de personas que desarrollar las condiciones en las que esas personas pueden desarrollar habilidades a través de la práctica. Deberíamos enfocarnos en cómo enseñamos la habilidad, en vez de en cómo presentamos el conocimiento.
Práctica deliberada en la vida
Para cualquier persona que quiera mejorar en cualquier cosa, ésta es la manera:
Encuentra a un buen profesor
Instrucción privada es lo ideal, ya que el instructor puede señalar específicamente en qué debes mejorar y trabajar.
Cuando no puedan enseñarte nada nuevo, busca otro instructor.
Atención consciente
Si tu mente está distraída o estás relajado y divirtiéndote, no estás mejorando. Sea lo que sea que estás haciendo, concéntrate. No te metas en un proceso de repetición inconsciente.
¿Qué debes hacer si no tienes profesor?
El método de Ben Franklin para mejorar la habilidad de escribir:
- Encuentra a un escritor que respetes
- Divide su estilo en las partes en las que quieres mejorar, haz tu práctica y compara.
- Identifica las partes que hacen tu trabajo más débil y diseña ejercicios específicos para mejorarlas. Cuando Franklin se dio cuenta de que su vocabulario no era lo suficientemente rico, aprendió poesía para mejorar su creatividad al elegir las palabras.
- Identifica aquellas partes en las que se encuentran tus debilidades y concéntrate en mejorar en esas áreas mediante diferentes métodos, hasta que encuentres algo que funciona.
Superar estancamientos
La mejor forma de superar fases de estancamiento es adoptar nuevos retos para tu cuerpo y tu cerebro. Encuentra formas de empujarte a ti mismo para mejorar más en cada uno de los componentes básicos de la habilidad.
Mantener motivación
Para continuar trabajando en algo, necesitas razones para hacerlo que te ayuden a superar los momentos bajos. Para aumentar la concentración y minimizar la desmotivación, limita tus sesiones de práctica a 1 hora. Si quieres practicar más, tómate descansos entre sesiones.
Una técnica que resulta muy efectiva es crear un grupo que practica la misma actividad, de forma que unos pueden motivar a otros para continuar mejorando.