Maestría, de Robert Greene

Puntuación: 10/10

Resumen

Nota de Frank Spartan

Imprescindible libro sobre el desarrollo de una habilidad concreta hasta el nivel de maestría. Greene desgrana los pasos que los maestros más reconocidos siguieron para desarrollar su habilidad y desmitifica el valor del talento innato, haciendo un alegato muy convincente sobre todo lo lejos que podemos llegar en el dominio de una disciplina concreta con la actitud y la práctica adecuada.

Si tu voz interior te susurra al oído que vayas en cierta dirección pero no te crees capaz de desarrollar las habilidades necesarias, este libro es para ti. 

Conceptos básicos

No necesitas tener talento innato para convertirte en un maestro. La mayoría de la gente piensa que los logros de grandes maestros como Da Vinci y Mozart surgieron de su talento y genio natural, pero no es así. De hecho, no hay relación natural entre el talento innato y la maestría en una habilidad o campo.

Por ejemplo, consideremos al primo de Charles Darwin, Sir Francis Galton. Darwin fue un niño ordinario que no mostró ningún signo de intelecto especial. Galton tenía un coeficiente intelectual superior y estaba considerado como un genio. Sin embargo, Darwin fue el que ha sido considerado como mejor científico y una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo.

¿Qué pasos provocan que tanto un genio natural como una persona ordinaria se conviertan en maestros? Edison, Mozart, Einstein, Goethe – todos los maestros más conocidos de la historia siguieron un camino similar hacia el éxito.

Cada uno de nosotros tiene una llamada interior que nos guía hacia nuestra vocación en la vida. Una disciplina o un campo que deseamos dominar. Cada uno de nosotros somos diferentes, únicos, pero no actuamos de forma diferente y única. ¿Por qué?

Debido a la presión social, tendemos a mezclarnos con la masa y suprimir nuestra originalidad, con la vana esperanza de que hacer lo que todo el mundo hace nos evitará problemas. Sin embargo, eso no nos ayuda a encontrar nuestra vocación. Lo que nos ayuda es escuchar a nuestra originalidad.

De hecho, mucho de los maestros de la historia experimentaron un momento de clarividencia cuando oyeron un “click” y de repente todo cobró sentido. Muchos de ellos constatan que, a lo largo de toda su vida, había una fuerza extraña que los empujaba a interesarse por ciertas áreas.

En vez de enfocar tu energía a mezclarte con la gente, reconoce que eres único y que tienes una llamada específica sobre a qué debes dedicarte en la vida, que puedes descubrir escuchando tu voz interior.

Ideas clave

Tu principal objetivo en la vida no debe ser éxito y riqueza inmediata, sino aprender lo máximo posible

Cuando las personas buscan acceder a un trabajo, a menudo priorizan aquellas posiciones que prometen mayor prestigio o recompensa económica. Pero hay otras recompensas más importantes que considerar.

Puede tener sentido hacer un trabajo que te da la oportunidad de aprender cosas interesantes, aunque no pague bien. Encontrarás posiciones de prestigio y mayor recompensa económica en el futuro gracias a ello, y el conocimiento práctico que adquieres en esos trabajos tempranos mal pagados obtendrá su recompensa en las décadas siguientes.

En su juventud, Charles Darwin rechazó una posición en la escuela de medicina y un trabajo muy bien pagado en la Iglesia para trabajar como naturalista sin sueldo en HMS Beagle, donde pudo estudiar a fondo animales y plantas exóticas. Esas observaciones le ayudaron enormemente a desarrollar su famosa teoría de la evolución.

Benjamin Franklin renunció a suceder a su padre en el rentable negocio de producción de velas y se puso a trabajar en una imprenta. Ello implicó un proceso de aprendizaje mucho más largo, pero le permitió dominar la forma de componer textos, lo que fue absolutamente clave para su éxito posterior.

Cuando busques tu primer trabajo, no te fijes demasiado en el prestigio o el dinero, sino en la oportunidad de aprender y desarrollar tus habilidades. Las recompensas económicas llegarán, multiplicadas.

La mejor forma de aprender una habilidad es tener un mentor que te muestra el camino

Cuando intentamos aprender algo por nosotros mismos, tendemos a cometer errores y a emplear mucho tiempo en corregirlos.

Lo que necesitas es un mentor: Alguien que te guíe y te ayude a emplear tu tiempo y tus recursos de forma más eficiente.

Y ello no implica solamente beneficios para ti. Habitualmente, mentor y aprendiz desarrollan una relación especial de la que ambos se benefician.  Esto es debido a que, primero, los mentores suelen ver en el aprendiz una versión más joven de ellos mismos y por ello se involucran en ayudarles a mejorar.  Segundo, como el aprendiz admira al mentor, presta mayor atención, absorbiendo su conocimiento como una esponja.

Sin embargo, como aprendiz, tu progreso no está necesariamente limitado por las propias limitaciones del mentor. Muchos maestros famosos tenían mentores a los que superaron eventualmente. Alejandro Magno, por ejemplo, aprendió mucho de Aristóteles sobre cómo gobernar un país, pero después perfeccionó esa visión a través de sus propias experiencias.  

Una vez que completes el aprendizaje, debes ser proactivo y pensar de forma creativa para desafiar lo que has aprendido

No puedes permanecer para siempre como aprendiz. Ahora es el momento de reactivar tu mente y pasar al siguiente nivel.

Como niños, todos fuimos pensadores naturales y rompimos las reglas. La mente de un niño no tiene límites y considera todo posible. Esta apertura mental y la ausencia de miedo para cuestionar cualquier cosa es el estado natural del ser humano. Por ejemplo, cuando visitamos un país extranjero como adultos y no dependemos de nuestros viejos hábitos y experiencias, nos volvemos muy abiertos desde el punto de vista mental. Ver el mundo con los ojos de un niño es uno de los principales placeres de viajar.

Es precisamente esta libertad y la audacia de romper reglas y expectativas lo que debes abrazar una vez culmines tu aprendizaje. De esa forma podrás crecer y alcanzar la maestría en ese campo de una forma personal y única. Mozart fue un gran ejemplo de esta idea.

Se valiente y piensa de forma diferente, desafiando las reglas establecidas. Si no lo haces es muy posible que un día te encuentras atrapado en rutinas insatisfactorias.

Puedes aprender a solucionar problemas de forma creativa a través de expandir y entrenar tu mente

La primera cosa que debemos hacer es ser conscientes de que tenemos una tendencia natural a pensar de forma demasiado estrecha. Los seres humanos se convierten en criaturas de hábito muy rápidamente y repiten las mismas acciones una y otra vez sin reflexionar demasiado. Una vez que un determinado proceso funciona en una situación concreta, tendemos a utilizarlo de la misma manera en cada situación similar, sin hacer una pausa y preguntarnos si es la mejor forma de resolver ese problema.

De forma similar, los estándares y convenciones en los que nuestra cultura se basa pueden ser importantes para una comunicación funcional y rápida, pero destruyen nuestra habilidad para el pensamiento innovador y creativo.

Por ejemplo, para identificar las cosas rápidamente, tendemos a utilizar distinciones binarias: hombre/mujer, cuerpo/mente, hecho/ficción. Y a medida que nos acostumbramos a utilizarlas, tendemos a obviar las sutilezas que existen entre ellas.

La segunda cosa que debemos hacer para mejorar nuestro pensamiento creativo es entrenar a nuestro cerebro a hacer conexiones poco comunes.

Un estudio muy famoso concluyó que después de 10.000 horas de práctica en un campo concreto, el cerebro se carga «cualitativamente» y hace nuevas conexiones entre áreas que antes no estaban conectadas. Esto te permite encontrar soluciones a problemas de una forma diferente y más flexible. Esto viene evidenciado en la habilidad humana de encontrar la solución a un problema cuando se está pensando aparentemente en algo completamente diferente.

¿Nunca has tenido un momento de “Eureka” en la ducha, o dando un paseo?

No estás solo. Einstein, por ejemplo, tocaba el violín mientras intentaba resolver problemas teóricos, porque decía que le ayudaba a encontrar la solución.

Así que no te resignes a la creencia de que las personas nacen creativas o no. Puedes controlar y entrenar tu cerebro para estimular tu creatividad.

Qué es la maestría

La maestría es la práctica de una habilidad hasta que se desencadene de forma automática, con tu cuerpo y mente actuando como uno solo, liberándote para enfocarte en una perspectiva más amplia.

Puede que la hayas experimentado en situaciones de mucha presión, cuando tu cuerpo responde inmediatamente a lo que tu mente dicta. Esto permite a los maestros apreciar la perspectiva más amplia, además de los detalles. Muchos maestros describen su talento en estos términos.

El maestro de ajedrez Bobby Fischer, por ejemplo, veía más allá de los movimientos individuales del juego, y percibía campos de fuerzas que revelaban las distintas formas en las que una partida podía evolucionar.

Igualmente, el pianista Glenn Gould veía en su mente la arquitectura complete de una pieza musical, no simplemente la parte que estaba tocando en ese momento. Esto le permitía liberar su mente para coordinar con maestría las diferentes partes de la composición.

Los maestros pueden hacer esto porque han desarrollado una conexión automática entre la mente y el cuerpo. Una conexión que se encuentra enraizada en nuestro naturaleza y que podemos desenterrar con la práctica adecuada.

De hecho, para los animales, decisiones mentales y acciones físicas se experimentan como una sola. En el mismo momento que una abeja “decide” picarte, actúa. La abeja reacciona a inputs sensoriales y sus nervios dictan una orden a su cuerpo. No hay segundas consideraciones ni pensamiento abstracto, simplemente te pica.

Y, de acuerdo a una teoría muy reconocida en el mundo científico, nuestros ancestros primarios no separaban cuerpo y mente tampoco. La separación ocurrió cuando como seres humanos desarrollamos el pensamiento abstracto. Eso es lo que nos permitió suprimir ciertos reflejos.

Por ejemplo, cuando se ven amenazados, los humanos no atacan o huyen automáticamente, sino que tratan de solucionar las cosas. Pero esto también implica que nuestra habilidad para unificar cuerpo y mente desapareció.

Como maestro, tu cuerpo y mente se convierten en uno, permitiéndote alcanzar un nuevo nivel de entendimiento y habilidad. E incluso cuando te encuentres en el grueso de tu práctica, tendrás la capacidad de apreciar la perspectiva más amplia y usar este conocimiento para conseguir grandes cosas en tu campo de acción.