Mucho hemos hablado en este blog sobre los jóvenes de hoy. Su situación, sus retos, las estrategias más adecuadas para que puedan alcanzar la satisfacción vital en un mundo cambiante e incierto, y muchas otras cosas más. Sin embargo, no hemos dedicado tanto tiempo a la situación de las personas de mediana edad. Ese fascinante y variopinto grupo que se encuentra entre los 40 y los 55 años, muchos de ellos con la vida ya largamente encarrilada y transcurriendo a velocidad de crucero, y con una etapa por delante en la que todavía pueden hacer muchas cosas interesantes.
O eso nos gustaría, al menos.
Pero a veces no es posible, ¿no es verdad?
A veces suceden cosas que nos aguan la fiesta antes de tiempo.
Por eso se dice que una de las claves para maximizar nuestra satisfacción en esta etapa es lo que se suele denominar – erróneamente – longevidad.
Digo “erróneamente”, porque el término longevidad hace referencia a la duración de la vida. Eso puede parecernos importante, desde luego. Nadie quiere morirse demasiado pronto. Pero la clave de la satisfacción en esta etapa de madurez no se encuentra tanto en vivir el máximo tiempo posible. De eso ya se encarga nuestro sistema industrial de salud, diseñado para alargar artificialmente nuestra presencia en este mundo mediante todo tipo de tratamientos contra la enfermedad, una vez esta se manifiesta.
No, la clave es otra.
No es la duración de la vida lo que más importa, sino la calidad de esa vida durante el tiempo que dure.
No es el “lifespan” (longevidad). Es el “healthspan” (llamémosle “vitalidad integral”).
Y la vitalidad integral no depende del sistema industrial de salud. No depende de tu médico de cabecera, ni de las drogas de la farmacia, ni de qué coberturas tiene tu seguro, ni de la pericia del cirujano que se acerca con su bisturí hacia tu indefenso cuerpo.
La vitalidad integral depende de tu capacidad de maximizar tu energía vital y tu prevención natural de problemas a través de tus hábitos del día a día.
Es decir, depende de aspectos que se encuentran dentro de tu zona de control e influencia. Esa es la buena noticia.
La mala noticia es que ya no tienes excusa.
Ya no dependes de que otro te solucione el problema. Eres tú el responsable de prevenir el que ese problema se manifieste, reduciendo las probabilidades de que se manifieste. Y también el responsable de sentirte lleno de vida durante el máximo tiempo posible.
¿Cómo?
Veámoslo.
Hábitos para maximizar el “healthspan”
En el ámbito de hábitos saludables habrás visto ya de todo. Desde gurús de Instagram que pregonan las virtudes del ayuno intermitente y los baños de agua helada a las 6 de la mañana, hasta la repetición de mantras de la ley de la atracción delante del espejo, rodeado de velas de medio metro.
Frank te va a dar una visión un poco diferente.
Voy a centrarme en algunas cosas que quizá no suenen tan sexys ni sean tan populares, pero que en mi experiencia personal tienen un gran impacto, no sólo por su efecto directo en sí, sino por el efecto indirecto y multiplicador que tienen en otras áreas. No son meras teorías o creencias intuitivas. Están basadas en fuentes de este campo de conocimiento que he consultado y que considero rigurosas, pero que también he aplicado ya durante un tiempo a mi vida personal.
Podría hacer una lista muy extensa, pero me voy a centrar en 20 prácticas, divididas en 4 módulos que representan los pilares fundamentales de nuestra vitalidad integral: 1) Físico, 2) Mental, 3) Relaciones, 4) Pasión y Propósito.
Veamos cada una de ellas y el por qué son importantes.
Módulo 1: Físico
1) Dieta
Tienes información por todos lados para elegir el tipo de dieta que más te conviene, así que no voy a promocionar ninguna de ellas en particular. Sólo voy a decirte 4 cosas muy concretas que son universalmente aplicables:
La primera, azúcar procesado fuera. Es una de las causas principales de inflamación interna, lo cual es a su vez la causa principal de muchas de las enfermedades graves más habituales.
La segunda, alcohol fuera. Puedes justificarlo como quieras, pero al final son toxinas que metes en el cuerpo por pura inercia social y sin ninguna necesidad.

Reduce ambos al mínimo dentro de tus posibilidades. Te sentirás más sano, más ligero, de mejor humor, pensarás con mayor claridad y habrá menos probabilidades de que tu sistema inmunológico y tus células desarrollen ineficiencias que se manifiesten en enfermedades futuras. A efectos de vitalidad integral, es preferible que te desvíes de vez en cuando en tu dieta, pero que seas implacable con el azúcar y el alcohol, a que sigas una dieta estricta, pero con consumo regular de azúcar y alcohol. Parece contraintuitivo, pero es así.
La tercera, no fuerces los límites de tu estómago. Si prestas un poco de atención mientras comes, verás que te sacias antes de que llegue la sensación de estar lleno. Ahí es donde debes parar. Para. Eres tú quien pilota tu vida, no la cantidad de comida que queda en el plato. El buen funcionamiento del sistema digestivo te ahorrará muchos problemas.
La cuarta, diseña un entorno propicio para beber agua con regularidad y comer comida de verdad. Nada que tu tatarabuelo mirara con el ceño fruncido y cara de desaprobación.
“Let food be your medicine and medicine be your food.”
– Hippocrates
2) Productos cosméticos y de higiene
Elimina la pasta de dientes, cremas, desodorante, jabón, champú y demás morralla cosmética industrial de consumo masivo. Están repletos de tóxicos que entran en tu cuerpo por todas partes y se acumulan en tu organismo creando un caldo de cultivo perfecto para problemas que no quieres tener.
Sustitúyelos por versiones naturales y nunca mires atrás. Tienen más potencial de impacto adverso en tu salud del que puedes llegar a pensar.
«Nature always wears the colors of the spirit.»
– Ralph Waldo Emerson
3) Fuerza
La mayoría de las personas de mediana edad que compran el argumento de la importancia del ejercicio tienden a concentrarse exclusivamente en el ámbito cardiovascular o aeróbico. Corren, pedalean, nadan, caminan. Sin embargo, muchos de ellos se suelen dejar algo crucial en el tintero: El ejercicio de fuerza.
Ejercitar la fuerza es una práctica primordial en las personas de mediana edad para evitar la pérdida de masa muscular, fortalecer los huesos y proteger la coordinación y el equilibrio. Sin practicar este hábito, es muy probable que tu capacidad física se vea considerablemente mermada con el paso del tiempo.

Lo ideal es combinar ejercicios de fuerza diferentes, pero si quieres concentrarte en uno sólo, te recomiendo la sentadilla profunda (“deep squat”). Los expertos en salud integral la destacan como el ejercicio de fuerza más completo y con mayor impacto positivo a largo plazo en tu “healthspan”, combinando movilidad, estabilidad y fuerza sin forzar demasiado las articulaciones.
“You can’t build a great building on a weak foundation.”
– Gordon B. Hinckley
4) Flexibilidad
Las limitaciones de flexibilidad en las articulaciones no se ven venir. Son como un gas venenoso que se va expandiendo por nuestra estructura ósea hasta que la limitación – generalmente acompañada de dolor intenso – se manifiesta en todo su esplendor: Rodilla, cadera, lumbar, columna. Verás múltiples casos a tu alrededor de personas con problemas de esta índole que se tornan crónicos y a menudo requieren de intervención quirúrgica y eventualmente prótesis.
Para alargar la salud de tus articulaciones debes prevenir la aparición de problemas con ejercicios proactivos de movilidad recurrentes. 15-20 minutos al día de movilización guiada de las partes de tu cuerpo más relevantes para una adecuada funcionalidad pueden ahorrarte décadas de limitaciones, incomodidad y dolor.
No esperes a que se manifieste la limitación. Engrasa bien los raíles antes de que se oxiden.
«Flexibility is the key to stability.»
– John Wooden
5) Sueño
No voy a decirte cuántas horas debes dormir, porque eso dependerá de si puedes permitírtelo y de los caprichos de tu organismo particular. Donde sí voy a incidir es en cómo debes dormir, porque eso sí que está dentro de tu zona de control:
- Deja de comer al menos 2 horas antes de dormir. Y me quedo corto. Estómago relajado, amigo mío. Es clave, y aún más clave se vuelve con el tiempo.
- Nada de pantallas al menos 30 minutos antes de dormir. Y me vuelvo a quedar corto. Ya sé que es difícil en los tiempos que corren. Lee, escribe, estira, medita, planifica el día siguiente o ráscate la nariz. Pantallas fuera.
- Deja el móvil en una habitación diferente del dormitorio. Si necesitas alarma, cómprate un jodido Casio.
- Introduce algunos elementos clave en el entorno: Temperatura fresca, sin brillos o briznas de luz (cortinas opacas). Y cómprate un colchón y unas sábanas de la máxima calidad que puedas permitirte. Es una de las mejores inversiones que puedes hacer en vitalidad integral, que incluye además efectos directos demoledores sobre el siguiente punto
“The best bridge between despair and hope is a good night’s sleep.”
– E. Joseph Cossman
6) Hormonas
Las hormonas son un mundo en sí mismas, pero vamos a concentrar la atención en cómo mejorar una casuística muy habitual: El apetito sexual (“sex drive”), especialmente en las parejas de larga duración. Un aspecto fundamental de nuestra vitalidad integral.
A ver si te suena esta situación:
Ella no quiere tener sexo, él se siente poco apreciado. Son básicamente compañeros de piso en un entorno emocional-sexual de escasa satisfacción y crecientes reproches. Ella cree que la culpa es de él, y él cree que la culpa es de ella.
El diagnóstico habitual de esta situación es que “hay que mejorar la comunicación”. Pero el verdadero motivo subyacente suele ser otro: El que algunas hormonas importantes de ambos se encuentran estructuralmente desequilibradas. Testosterona baja en él, oxitocina baja en ella, y cortisol alto en ambos por ineficiencias de sueño, estrés y escaso movimiento físico que mantiene deprimidos los niveles hormonales.

El desequilibrio hormonal provoca que el cuerpo de él se sienta agotado, sin energía. Y que el de ella se sienta en modo supervivencia/alerta, bloqueando el deseo sexual. Él se siente rechazado, y se distancia. Ella se siente desconectada, y le critica. Ambos adoptan actitudes defensivas y el cortisol sigue subiendo. Se meten en una espiral biológica que destruye las bases de la atracción y el deseo durante años, de la que no parecen poder salir.
La receta es simple: No es terapia, ni estrategias de comunicación, ni comprar un perro, ni cambiar el orden de quién lava primero los platos. Es cuestión de reequilibrar las hormonas.
4 hábitos en los que conviene concentrarse:
- Dormir mejor (estrategia descrita en el apartado anterior)
- Mayor actividad física (ejercicio)
- Mayor frecuencia de exposición a la luz del sol (idealmente a primera hora del día)
- Más contacto físico con la pareja (mero contacto físico – tacto).
Practicar estos hábitos durante varias semanas debería de, en condiciones normales, elevar los niveles de testosterona en él, de oxitocina en ella, y rebajar los niveles de cortisol en ambos. Y esas son las condiciones más fértiles para que el deseo sexual vuelva al escenario, con una espiral ascendente de flujo creciente de dopamina en él (sentimiento de logro/apreciación) y oxitocina en ella (sentimiento de conexión/seguridad).
No es magia. Es simplemente que ciertas prácticas del trato que le das a tu cuerpo tienen efecto directo en la regulación hormonal. La biología hace el resto de forma natural.
Una vez se alcance cierto nivel de reequilibrio hormonal, las estrategias de comunicación y los planes de ocio en pareja recomendados por tu terapeuta, el influencer de turno o tu grupo de amigos pueden tener cierto efecto. Sin eso, es muy posible que tengas todas las de perder. La influencia de las hormonas en nuestro comportamiento, necesidades y sentido de satisfacción es mucho más poderosa de lo que parece.
«There is more wisdom in your body than in your deepest philosophy».
– Friedrich Nietzsche
7) Pruebas diagnósticas no convencionales
El sistema industrial de salud tiene unos protocolos de monitorización estándar que no suelen incluir ciertos aspectos importantes para la vitalidad integral.
El modus operandi habitual es este: Cuando un problema se manifiesta en el diagnóstico convencional, no se investiga la causa, sino que se receta un medicamento para mitigar el síntoma. Se pone un parche en la herida. No se va a la raíz de la hemorragia.
El asunto es que no todos los problemas se manifiestan inmediatamente. Crecen en silencio. Y cuando se manifiestan, a veces es demasiado tarde para revertir el daño.
Por eso conviene que acudas, de vez en cuando, a tipos de diagnóstico diferentes a los convencionales. Ramas como la epigenética, que investiga el efecto de los factores medioambientales en nuestro microambiente interno, y que reflejan que la mayoría de nosotros operamos a un nivel metabólico muy por debajo del óptimo para el adecuado funcionamiento de nuestros sistemas de soporte internos (adrenal y digestivo, inmunitario, circulatorio, vitaminas, producción de energía, metabolismo de ácidos grasos, etcétera, etcétera). Posibles causas pueden ser la ingesta de alimentos bajos en nutrientes, las toxinas, químicos y metales pesados, o los campos electromagnéticos.
Todo esto pasa desapercibido en un diagnóstico convencional. Si quieres preservar la salud de las bases y no sólo tratar los síntomas, conviene que pongas el termómetro también en estas aguas para poder prevenir con tiempo.
“Never assume. Question everything. Always look beyond the obvious.”
– C.J. Tudor
Módulo 2: Mental
8) Escribir
El hábito de escribir es la mejor manera de cultivar y preservar claridad mental. Y Frank va un paso más allá: Es una de las técnicas más efectivas a constante alcance de tu mano para conocerte mejor a ti mismo.

Escribe sobre lo que piensas, lo que sientes, lo que te sucede, lo que quieres hacer y por qué. Relee en otro momento lo que escribiste, e interprétalo con tus ojos de ahora. Observa tu proceso de razonamiento, observa cómo muchos de tus pensamientos y sentimientos de entonces ya no perduran, observa los puntos ciegos de tus argumentos. Es un ejercicio fascinante de humildad sobre la efimeridad de tus pensamientos, opiniones y sensaciones, así como del dinamismo de la percepción de tu propia identidad. Y un recordatorio inapelable del principio básico universal de “todo fluye, nada permanece”.
“I don’t know what I think until I write it down.”
– Joan Didion
9) Elegir estar de buen humor
Cada mañana cuando te levantas decides si vas a ver el lado bueno de las cosas o el malo. Si vas a vigilar cómo reaccionas a las impertinencias o no. Si vas a esperar cosas positivas o negativas de los demás. Si vas a asumir que el resultado de los acontecimientos será el que deseas o el que no deseas. Si vas a sonreír primero o a esperar a que primero sonría el otro.
Sí, haces todo esto. Seas consciente de ello o no.
El optimismo racional es la mejor actitud que puedes adoptar ante la vida. Generarás mayores niveles de energía y creatividad en ti mismo, te sentirás más alegre y al mismo tiempo inspirarás a los demás a mostrarte su mejor versión. No a todos, pero sí a la inmensa mayoría. A la gente le gustan los optimistas, no los cenizos.
El pesimista suele tener razón, pero es el optimista el que suele conseguir las cosas. El pesimismo quizá parezca una opción más inteligente, pero es con seguridad una opción poco práctica para estimular tu vitalidad integral.
“The single greatest skill you can develop is the ability to stay in a great mood in the absence of things to be in a great mood about.”
– Alex Hormozi
10) Protege tu atención
Una de las cosas más importantes para disfrutar de una mente sana es mantener la mayoría de tu atención centrada en las cosas adecuadas. Y eso sólo se consigue de una forma: Diciendo “no” a las inadecuadas.
Esto parece una obviedad, pero en el plano práctico no lo es.
La gran mayoría de nosotros queremos dedicar tiempo a ciertas cosas que nos parecen importantes, pero al mismo tiempo permitimos que muchas otras diferentes se cuelen en el espectro de nuestra atención, sea cual sea el resquicio que lo permite: Distracción, costumbre, no querer ser políticamente incorrectos o generar conflicto con los demás, etcétera, etcétera. Y después nos sorprendemos de que apenas nos quede tiempo y energía para las primeras.

Te suena, ¿verdad?
La solución es una y única: Tener claras las cosas a las que merece la pena prestar atención y decir que no, con elegancia, a las demás. Fin.
Aprender a decir “no” es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar para expandir tu vitalidad integral. Hay personas y actividades que destruyen tu salud mental succionando tu atención y tu energía. Muchas de ellas, la gran mayoría, no son obligatorias. Las eliges tú.
Si el precio de salir de esa encerrona no es desorbitado, págalo y deja de elegirlas.
“Watch your thoughts, they become your words; watch your words, they become your actions; watch your actions, they become your habits; watch your habits, they become your character; watch your character, it becomes your destiny.”
– Lao Tzu
11) “Eat the frog”
Uno de los succionadores de energía vital y generadores de preocupación diaria más poderosos que existen es nuestra tendencia a posponer o evitar las tareas más difíciles, simplemente porque son difíciles.
Es la pendiente más resbaladiza que tenemos delante. Preferimos evitar lo difícil y centrarnos en lo fácil. Y cuando por fin decidimos mirar de reojo a lo difícil, o bien lo hacemos tarde y mal (cuando es obligatorio), o bien lo evitamos por completo (cuando es opcional).
La filosofía de actuación más acertada es lo que los anglosajones llaman “eat the frog” (“cómete el sapo”). No significa otra cosa que hacer lo más difícil lo primero de todo.
Las razones son muchas, pero hay dos en particular que destacan sobre las demás: 1) Lo harás mejor y con menos esfuerzo cuando tienes los tanques de energía y concentración llenos que si los tienes vacíos; 2) Será un impulso de motivación y confianza en ti mismo para el resto del día, porque tendrás una mayor sensación de orgullo personal y de control sobre tu vida.
Ejemplo obvio: Ejercicio a primera hora del día. Y hay muchos otros: Esa conversación que no quieres tener, ese proyecto que requiere demasiada concentración, ese decir que no a ese plan que no quieres hacer, ese aumento de sueldo que no te atreves a pedir, ese melón que no quieres abrir, pero que no te deja conciliar el sueño.
No rehúyas lo difícil, abrázalo. Conquistar lo difícil es el mejor viento que puede impulsar tus velas. Siempre ha sido así, y siempre así será.
“Hard choices, easy life. Easy choices, hard life.”
– Jerzy Gregorek
12) Silencio y tiempo de soledad
Los momentos de soledad elegida son uno de los mayores regalos para la vitalidad integral. Estar a solas con nosotros mismos nos permite hacer balance de dónde estamos y hacia dónde vamos, nos permite recalibrar, nos permite entender mejor cómo nos sentimos y por qué.
Lo que abunda y distorsiona es el ruido. Lo que escasea y clarifica es el silencio.

El silencio nos ayuda a que nuestra sensación de paso del tiempo, el llamado “tiempo psicológico”, transcurra más lentamente. Es cuando saltamos de tarea a tarea, sin interrupción, que tenemos la sensación de que la vida transcurre muy rápido. No nos paramos a observar, a pensar, a estar sentados sin mirar el móvil. El silencio asusta. Pero es precisamente en el silencio donde se encuentra el tesoro de entender, de saborear, de sentir.
“Life is going so fast because you’re not injecting enough silence into your days.”
– Dylan O´Sullivan
13) Tiempo en la naturaleza
Los seres humanos hemos evolucionado durante cientos de miles de años en un entorno de naturaleza. El estar la mayoría de nuestro día a día en el interior de un edificio sin recibir luz natural es una anomalía en nuestra biología, que no hace sino reducir nuestro potencial de vitalidad integral.
Sal a sentir el aire libre todo lo que puedas. Que te dé la luz del sol. Ponte en contacto directo con la naturaleza. Toca la hierba, los árboles, el agua del río. Es ahí donde tu cuerpo y tu mente te piden estar, aunque te hayas acostumbrado artificialmente a otra cosa.
“I went to the woods because I wished to live deliberately, to front only the essential facts of life, and see if I could not learn what it had to teach, and not, when I came to die, discover that I had not lived.”
– Henry David Thoreau
Módulo 3: Relaciones
14) Depura el círculo de personas tóxicas
Las personas tóxicas depositan más impurezas y representan mayor lastre en nuestra vitalidad integral de lo que podemos llegar a pensar. No lo apreciamos del todo porque nos hemos “acostumbrado” a ellas, pero una vez las extirpamos de nuestras vidas, el enorme impulso vital al que habíamos elegido renunciar aparece en todo su esplendor.
A veces pensamos que es muy difícil deshacerse de las personas tóxicas. No lo es. Simplemente hay que dejar de prestarles atención cuando se comportan de forma tóxica. No hay que discutir, ni intentar hacerles comprender nada. Recuerda: Son tóxicas. Simplemente, te sales de ahí. Out. Withdrawal.
“Ya, pero es que se van a dar cuenta”, es la respuesta más habitual a esta idea.
Es que se deben dar cuenta. Que se den cuenta es un componente clave del proceso de extracción. Y cuando se den cuenta, reaccionarán de dos maneras: 1) Se mantendrán alejadas, porque comprenderán que no quieres interactuar con ellas; o 2) se ofenderán y te pedirán explicaciones.
Cuando se produzca el segundo escenario, tienes dos opciones: 1) Decir que no te apetece explicar nada y mantenerte alejado (lo que implica romper de forma radical); o 2) explicar que esos comportamientos no te gustan y por qué (lo que implica dejar un resquicio abierto en la puerta para que la otra persona adapte su comportamiento).
Cuál de las dos eliges depende de las características de la situación y persona concretas, pero te hago un spoiler: Las personas tóxicas no suelen querer entender nada. Sólo quieren seguir chupándote la energía. Y por eso siempre saldrás ganando si decides cortar por lo sano.
“Toxic people only change their victims, never themselves. “
Unknown
15) Fortalece la relación con personas especiales
El error más común en las relaciones de amistad desde la perspectiva de la vitalidad integral es la dilución: Muchas personas con las que congenias, pero con escasa profundidad por la dispersión de tu energía y atención entre todas ellas.
Lo que maximiza la vitalidad integral es la profundidad: Personas con las que tengas una relación especial. Personas con las que puedas contar, que te conozcan relativamente bien y a pesar de ello te quieran. Porque sólo esos darán significado a tu vida cuando el momento de la verdad llegue. Los otros no aparecerán, por mucho que te rías de sus chistes cuando estás con ellos.

Esos seres especiales no se reproducen por esporas. Tienes que dedicarles lo mejor de ti, o al menos algo suficientemente bueno, durante mucho tiempo. Sólo entonces aparecen en tu vida para quedarse.
“A man’s friendships are one of the best measures of his worth”.
– Charles Darwin
16) Expresa
Si tienes un pensamiento positivo sobre alguien, no lo dejes sin expresar.
En una sociedad con cada vez menos confianza entre sus miembros, dar las gracias o alumbrar una virtud o comportamiento de alguien con luz positiva es algo inusual. Algo que destaca. Las personas lo recuerdan. Es un tipo de energía que no abunda. Y esa energía volverá, de un modo u otro, a ti. No deja de sorprenderme lo grabado a fuego que se les queda a las personas el que digas algo bueno de ellas en el momento adecuado.
Dos recomendaciones: La primera, sé selectivo. No se lo digas a todo el mundo, porque dejaría de ser especial. Y la segunda, sé genuino. No lo uses como una estratagema maquiavélica para caer bien, porque no funcionará.
“The deepest principle in human nature is the craving to be appreciated.”
– William James
Módulo 4: Pasión y Propósito
17) No hagas estupideces
Charlie Munger tenía una heurística de pensamiento extraordinariamente útil – “Invert, always invert”. Su enfoque implica darle la vuelta al objetivo cuando vas a tomar una decisión, apuntando la mira hacia el objetivo contrario.
En vez de preguntarme qué es lo que quiero, me pregunto qué es lo que no quiero. Y la progresiva eliminación de lo que no quiero me llevará, irremediablemente, hacia lo que quiero.
No puedo exagerar la importancia que ha tenido esta forma de pensar en mi propia vida. La utilizo para prácticamente todo y sin darme cuenta. Es una brújula infalible hacia la claridad mental.
Identifica lo que es malo para ti y evítalo. Eso provocará que tu atención se centre en tareas y personas que te elevan hacia el cielo, y no en las que te hunden en el fango. Y así, poco a poco, irás avanzando hacia un lugar que merecerá mucho la pena.
“People try to do all sorts of clever and difficult things to improve life instead of doing the simplest, easiest thing—refusing to participate in activities that make life bad.”
– Leo Tolstoy
18) Persigue la maestría en un área de interés
Prácticamente todos nosotros tenemos la capacidad de alcanzar la maestría en alguna materia. Tenemos suficiente talento y suficientes medios a nuestro alcance para ello. Pero muy pocos lo hacemos, por dos grandes razones: 1) Falta de discernimiento sobre cuál es esa materia; 2) Conformismo.
La vida no es lo mismo sin una pasión. No me refiero a una pasión con cariz de entretenimiento pasivo. “Me encanta ver partidos de fútbol” no es una pasión. Es un pasatiempo del que disfrutas. No te desarrollas ni creas nada. Simplemente experimentas de forma pasiva lo que crea otro.
Si hay un campo de conocimiento o una afición que te inspira curiosidad e interés, profundiza. Dedícale tiempo de calidad. Concéntrate. Progresa. El camino de la maestría está plantado con las semillas de la satisfacción vital de naturaleza más elevada. No renuncies a experimentar algo así cuando lo tienes a tu alcance.
“Mastery is not a function of genius or talent; it is a function of time and intense focus applied to a particular field of knowledge.”
– Robert Greene
19) Reinvéntate cuando sea necesario
Uno de los grandes impulsores de la vitalidad integral es embarcarte en proyectos que te lleven hacia grandes objetivos vitales. Sin embargo, muchas veces no alcanzamos a entender que, a medida que vamos atravesando diferentes etapas de nuestra vida, nuestra identidad va mutando. Ya no somos los mismos, ni tenemos las mismas prioridades, ni los mismos valores, ni queremos las mismas cosas que antes. Aun así, nos resistimos a girar el timón hacia otros horizontes, porque estamos mentalmente anclados a nuestra concepción histórica de identidad.

Reinventarse es una gran fuente de energía vital. Si percibes que el camino por el que has ido hasta ahora, tus aficiones, relaciones u objetivos no te convencen del todo, porque no encajan con la persona que eres ahora, no evites cambiar de plano por lealtad a tu antigua identidad. Abraza la reinvención. Nuevos caminos, nuevos hábitos, nuevos objetivos que estén más en línea con la persona que eres ahora. Y si dentro de un tiempo hay que cambiar de plano de nuevo, cambia.
Todo lo que dote de energía vital e ilusión a tu vida es algo bueno. No riegues plantas muertas.
“Life isn’t about finding yourself. Life is about creating yourself.”
– George Bernard Shaw
20) Disfruta
Aprender a disfrutar de las experiencias que vivimos no es sencillo. Nuestra mente tiende a compararlas con entidades externas y a evadirse del momento presente.
La experiencia del otro es mejor que la mía, mi experiencia de la última vez fue mejor que la de ahora, me gustaría estar en otro sitio en vez de aquí, tengo que hacer esta otra cosa después de esta, me preocupa que aquello suceda, etcétera, etcétera. Nos perdemos muchos momentos de disfrute que tenemos delante de nuestras narices por culpa de las triquiñuelas evasivas de nuestra propia mente.
Sea lo que sea a lo que estés prestando atención, el tiempo pasará igualmente. Aprende a disfrutar del momento. Sácale el máximo partido. Dentro de no mucho tiempo desearás poder volver a tu situación de ahora y poder hacer las cosas que puedes hacer ahora.
No desperdicies lo que tienes hoy, porque es mucho. Aunque eso te resulte difícil de creer, te aseguro que en algún momento del futuro te lo parecerá así.
Aprende a disfrutar del momento.
“The good old days are now.”
– Tom Clancy
Ahí tienes las 20 grandes fuentes de vitalidad integral. Hábitos y prácticas que estimularán tu capacidad física para poder hacer infinidad de cosas durante muchos años más, tu claridad mental para navegar con destreza por la vida, la riqueza de tus relaciones personales y tu sensación de estar viviendo una vida que merece de verdad la pena. Elige las que mejor se ajusten a tu caso particular o elígelas todas. Ninguna de ellas te vendrá mal, palabra de tu amigo Frank.
Ya que nos vamos a ir de este mundo en algún momento, hagámoslo por la puerta grande y después de ofrecer un gran show, ¿no te parece?
En tus manos queda.
Pura vida,
Frank.

