La vida de 100 años, de Lynda Gratton y Andrew Scott 

 

Puntuación: 9/10

Resumen

Nota de Frank Spartan

Éste es un libro muy ilustrativo sobre las implicaciones prácticas de la inexorable tendencia a vivir cada vez más tiempo gracias al aumento de calidad de vida y a los avances en las ciencias de la salud. A pesar del aparente atractivo de vivir más tiempo, dicha tendencia viene aparejada de una necesidad de planificación y cambio de mentalidad cada vez mayor hacia retos que intimidan: Cómo sufragar los gastos de un retiro más largo y como enfocar una carrera profesional más dilatada y más expuesta a disrupciones tecnológicas.

Este libro representa un claro argumento para que las nuevas generaciones construyan una vida con la mayor libertad de acción posible. Hablaremos de muchos de estos conceptos en el blog.

Introducción

Un niño nacido hoy en el mundo Occidental tiene más de un 50% de probabilidades de vivir por encima de 105 años. Durante los últimos 200 años, la esperanza de vida se ha ido expandiendo a un ritmo de 2 años por década.

La mayoría de personas no podrán disfrutar de una pensión generosa si viven más. La solución es o trabajar más o conformarse con una menor pensión. Ninguna de las dos opciones es atractiva, pero hay oportunidades reales para alejarnos de las restricciones de un modelo de vida de tres etapas y acercarnos a una forma de vida más flexible y sensible a los cambios – una vida de múltiples etapas, con variedad de carreras, con pausas y transiciones.

Una vida de tres etapas, con jubilación a los 65 y una esperanza de vida de 100 años queda financieramente fuera del alcance de la mayor parte de las personas. Los números no salen. La única solución es trabajar más años. En este contexto, ¿es vivir más tiempo un regalo o una maldición? 

Activos intangibles 

Los activos intangibles juegan un papel fundamental en nuestras vidas, y aún lo harán más en una vida de 100 años. Para casi todas las personas, una buena vida sería aquella con una familia unida, excelentes amigos, competencias profesionales y buena salud física y mental. Todos ellos son activos intangibles, y cuando se trata de construir una productiva y larga vida, son tan importantes como los activos financieros. Ambos tipos de activos están estrechamente interrelacionados y el buen estado de unos influye en la capacidad de generar los otros.

Hay tres tipos de activos intangibles: 1) Productivos, o aquellos que impulsan la capacidad de conseguir renta (como conocimientos y competencias); 2) Vitales, o salud física y mental; y 3) Transformacionales, o nuestras capacidades para relacionarnos y crecer mediante nuevas experiencias.

Activos productivos

Lo ideal es acumular un stock de conocimientos y competencias que sean valiosos: tanto demandados como raros y difíciles de imitar y sustituir por la inteligencia artificial. 

También es importante que sean extrapolables a diferentes sectores, puesto que el riesgo de disrupción tecnológica en un sector concreto aumentará. Por ello debemos ser todo los flexibles que podamos en nuestras capacidades, para así poder trasladarnos a otros sectores si es necesario. Deberemos prestar mucha atención a nuestra reputación e imagen en las redes sociales, para aumentar nuestra capacidad de movernos transversalmente. 

Activos vitales

Mantener una buena salud mental y física será clave en el contexto de vivir más años, porque influirá directamente en nuestra capacidad de generar renta y crear oportunidades en un entorno cambiante.

Adicionalmente, las amistades regenerativas serán muy importantes. Establecer lazos emocionales sólidos con un grupo de personas en las que podemos confiar y con las que podemos compartir los vaivenes emocionales de una vida repleta de cambios. Esto es un reto difícil en las nuevas circunstancias en las que ambos miembros de la pareja han de dedicar más tiempo al trabajo y disponen de menos tiempo y energía para crear lazos emocionales fuertes con las personas de su entorno. Sin embargo, es un factor que tendrá un gran peso en nuestra calidad de vida y al que debemos prestar atención.

Activos transformacionales

Los activos transformacionales son aquellos que ayudan a aumentar las posibilidades de éxito durante las transiciones y reducen la incertidumbre y los costes del cambio. 

Las investigaciones han señalado tres elementos fundamentales para hacer transiciones con éxito: 1) el conocimiento sobre uno mismo, lo que se es ahora y lo que se quiere ser en el futuro (y la voluntad de crecer hacia otras identidades); 2) la conexión con otras comunidades y el establecimiento de redes dinámicas y diversas que nos abran la mente a otras posibles realidades; 3) adoptar una actitud activa en el camino hacia el cambio. 

Implicaciones prácticas

Los jóvenes de ahora deberán prestar una gran atención a la planificación financiera y a la inversión en activos intangibles, así como a cultivar sus activos trasnsformacionales para ser capaces de navegar de una situación laboral a otra sin graves dificultades. Tendrán también que reciclarse constantemente para incorporar nuevas competencias y mantenerse útiles en un mundo con creciente presencia de la inteligencia artificial y su impacto en la destrucción de puestos de trabajo.

El regalo de una larga vida es el regalo del tiempo. En este largo devenir del tiempo, es posible esculpir una vida llena de significado y propósito. El gran reto es reorientar el uso de nuestro tiempo de ocio, en el que nuestro objetivo fundamental ahora mismo es entretenernos y consumir, hacia la reinversión en activos intangibles que sirvan para apuntalar la satisfacción a lo largo de una vida mucho más extensa y que requerirá multitud de transiciones laborales y sociales.