Think and Grow Rich, de Napoleón Hill

 

Puntuación: 9/10

 

Resumen

Nota de Frank Spartan

Un clásico del desarrollo personal escrito en 1937 y que con los años se ha convertido en un símbolo de la mentalidad de éxito. Es un libro extenso que describe 13 principios que según el autor componen las claves del éxito y por añadidura la creación de riqueza. Hay secciones relativas al funcionamiento del subconsciente que pueden estar algo anticuadas en relación a todo lo que se ha descubierto sobre el funcionamiento del cerebro en los últimos años, pero su contenido conecta muy bien con el lector (a pesar del estilo americano habitual) y da en el clavo en muchas áreas. 

Ideas seleccionadas

Uno de las trampas de la oportunidad es que suele presentarse por la puerta de atrás y a menudo disfrazada de mala suerte o de fracaso. Quizá por eso tantas personas no la reconocen.

Cualquier tipo de logro, sea cual sea su naturaleza o su propósito, debe comenzar con un intenso deseo por algo concreto.

Los pensamientos más dominantes de mi mente eventualmente se reproducen en una acción externa física y gradualmente se transforman en realidad física. Por tanto, debo concentrar mis pensamientos durante 30 minutos al día a visualizar la persona en la que intento convertirme.

Hay dos tipos de conocimiento: Uno es generalista, el otro es especializado. El conocimiento generalista, con independencia de su grado de cantidad o variedad, tiene poca utilidad en la generación de riqueza. El conocimiento no atraerá riqueza salvo que esté organizado y planificado de forma inteligente hacia planes prácticos de acción.

La capacidad de decidir

Un análisis pormenorizado de más de 25.000 hombres y mujeres que han experimentado fracaso reveló que la causa principal del mismo fue la indecisión.

Las personas que fracasan en la creación de riqueza tienen el hábito de decidir muy despacio y de cambiar sus decisiones a menudo. Y generalmente se ven fácilmente influenciados por las opiniones de los demás.

Si quieres adquirir el hábito de decidir con prontitud, mantén los ojos y los oídos bien abiertos y tu boca cerrada. Las personas que hablan mucho, hacen poco.

Si hablas más de lo que escuchas, no solamente te privarás a ti mismo de muchas oportunidades de acumular conocimiento útil, sino también revelarás tus planes y tus objetivos a personas que se afanarán por derrotarte por envidia. Recuerda también que cada vez que abres la boca en la presencia de una persona que tiene abundancia de conocimiento, demuestras a esa persona cuánto conocimiento tienes y de cuánto careces. La verdadera sabiduría es compañera de la modestia y el silencio.

La perseverancia

No hay sustituto para la perseverancia. No hay ninguna otra cualidad que la pueda suplir. Recuerda esto cuando las cosas parezcan ir demasiado despacio, especialmente en los comienzos de un proyecto.

Escoge a las 100 personas que mejor conoces, pregúntales qué es lo que más quieren de la vida y 98 de ellas no sabrán decírtelo.  Si les presionas un poco, algunos dirán seguridad. Muchos dirán dinero. Algunos dirán felicidad. Otros dirán fama y poder. Y algunos otros dirán reconocimiento social, una vida cómoda, saber cantar, bailar o escribir. Pero muy pocos podrán definir bien esos sueños o dar una indicación específica de cómo los van a conseguir. La riqueza no fluye de los deseos. Solamente fluye de planes concretos que se apoyan en deseos concretos y que se ejecutan con constante perseverancia.

Hay cuatro simples pasos para desarrollar el hábito de la perseverancia. No requieren una gran cantidad de inteligencia o educación:

  1. Un propósito definido apoyado por un deseo intenso de conseguirlo
  2. Un plan concreto, expresado en un conjunto continuado de acciones
  3. Una mentalidad cerrada ante todo tipo de influencias negativas o sugerencias desmotivadoras de amigos y familiares
  4. Una colaboración amistosa con otras personas que te animen a continuar

El miedo y las influencias externas

El miedo, el peor de todos los enemigos, puede derrotarse mediante la repetición forzada de actos de valentía.

Una persona que se encuentra dominada por el miedo no solamente destruye sus propias posibilidades de acción inteligente, sino que también transmite esas vibraciones destructivas a las personas que entran en contacto con ella. Sé consciente de que esas influencias negativas a menudo penetran en ti a través del subconsciente y por tanto son difíciles de detectar. Por eso debes ser deliberado y buscar proactivamente la compañía de personas que te animan a pensar y actuar por ti mismo. No esperes ni te preocupes por el fracaso porque tiene la costumbre de no decepcionarte.

Sin ninguna duda, la debilidad más común de los seres humanos es el hábito de dejar sus mentes abiertas a la influencia negativa de otras personas. Es la debilidad más peligrosa de todas, porque la mayoría de las personas no reconocen que les ha alcanzado esa maldición. Y aquellas que sí lo reconocen suelen dejarla de lado o rechazar corregirla hasta que termina convirtiéndose en una parte incontrolable de sus hábitos diarios.

Si no controlas tus propios pensamientos, puedes estar seguro de que no controlarás nada más.

El control de los pensamientos es el resultado de autodisciplina y hábito. O bien controlas tu mente o te controla ella a ti. No hay término medio. La forma más práctica y útil de controlar tu mente es el hábito de mantenerla ocupada con un propósito específico apoyado por un plan concreto.

Elbert Hubbard dijo: “Siempre ha sido un misterio para mí el por qué la gente dedica tanto tiempo a engañarse deliberadamente a ellos mismos con coartadas para justificar sus debilidades. El mismo tiempo podría emplearse en corregir esas debilidades y las coartadas no serían necesarias”.

La llave maestra del éxito es el privilegio de crear, en tu propia mente, un deseo intenso por una forma específica de riqueza. No hay ningún precio que pagar por el uso de esa llave, pero sí uno que pagar por no usarla: Ese precio es el fracaso.