¿Cuál es la relación entre la libertad financiera y la felicidad? (Parte II)

En la primera parte de este post explorábamos las implicaciones vitales de convivir con restricciones financieras y su poderosa influencia en nuestra toma de decisiones, el modelo de satisfacción que elegimos y, eventualmente, la inclinación a renunciar a otros caminos más vocacionales que podrían hacernos más felices.

Antes de que sigamos adelante, permíteme que añada un poco de perspectiva a todo esto.

Frank Spartan no tiene intención alguna de criticar tu modo de vida o de empujarte hacia ningún lado, por una sencilla razón: No te conozco y no tengo ni idea de cómo eres ni lo que quieres. Sería muy pretencioso por mi parte decirte cómo debes comportarte para ser más feliz.

Lo único que pretendo, no solamente en este artículo sino como objetivo primario y fundamental de este blog, es que construyas la máxima flexibilidad en tu modo de vida para que puedas dirigirte hacia donde realmente deseas cuando llegue el momento. O, dicho de otra forma, para que derribes las barreras que te impiden moverte en esa dirección, empezando por las financieras. Porque las restricciones financieras, como veíamos en la primera parte de este post, son el gorila de 500kg que monta guardia en la puerta que conduce a la libertad, con expresión de querer arrancarte la cabeza de un mordisco si osas acercarte siquiera.

En una palabra, lo que Frank Spartan quiere es ayudarte a que mantengas y expandas tu libertad de actuación a medida que avanzas por la vida.

¿Por qué?

Por una razón muy sencilla: Ese camino es el que más probabilidades te ofrece para maximizar tu satisfacción vital a través de la acción. La acción que emana de tu naturaleza única, de quién eres y qué es lo que quieres en realidad. La acción que eliges libremente sin que las barreras restrinjan tu campo de visión a un angosto y oscuro pasillo, donde las opciones son limitadas y sin demasiado significado para ti. La acción que te permitirá poder decir con convicción que estás orgulloso de cómo has vivido.

No sé qué pensarás tú al respecto, pero la inmensa mayoría de personas que Frank Spartan conoce no viven así. Y no precisamente por falta de ganas. Así que mi espartana intuición me dice que es porque creen que no pueden. Porque creen que tienen demasiadas restricciones y barreras a su alrededor y no saben cómo derribarlas.

Pues bien, es hora de coger el martillo bien fuerte con ambas manos y empezar a demoler.  Y este blog va a ayudarte a hacerlo.

Es posible que todo esto te suene un poco a cuento de hadas y creas que la dieta de Frank Spartan contiene demasiados alucinógenos. Así que veamos por dónde podemos empezar para que esta fantasía se convierta poco a poco en realidad.

La elección

Todo parte de una elección muy básica. Una elección que determina una gran parte de nuestra conducta y eventualmente del tipo de vida que, como consecuencia, acabamos viviendo:

¿Qué tipo de felicidad quieres para ti? ¿Placer o realización?

Puedes pensar que plantear esta pregunta de forma tan binaria tiene trampa. Que hay espacio para los dos, y que no tienes por qué renunciar al placer para conseguir realizarte en algunas parcelas de tu vida.

Y Frank Spartan está de acuerdo con eso, pero solamente hasta cierto punto. Porque hay una sutileza importante.

La clave del asunto es que una de las dos fuerzas, placer o realización, siempre manda sobre la otra. Hay una de ellas a la que, conscientemente o no, le damos más peso que a la otra en nuestra visión del mundo y nuestra toma de decisiones. Y cuál de las dos fuerzas es la dominante determina enormemente el tipo de vida que vivimos. Por eso debes considerar cuidadosamente a cuál de las dos quieres dar prioridad.

Un apunte que no debes pasar por alto: Ésta es una decisión que no puedes evitar. Si no la tomas de forma consciente, lo harás de forma inconsciente. Y no ser consciente de ello implicará, probablemente, que te dejarás influenciar por lo que ves a tu alrededor y que la fuerza que más pesará en tu modelo de satisfacción y en tu toma de decisiones será el placer.

Para que la realización sea la fuerza que más peso tiene en tu vida vas a tener que afirmarte a ti mismo, de algún modo, que eso es así. Vas a necesitar una filosofía de vida y objetivos que encajen en ella. Y vas a tener que vivir con intención para hacer honor a esa filosofía y conseguir esos objetivos.

Así que tienes que elegir quién lleva las riendas: El placer o la realización personal.

Veamos ahora las implicaciones prácticas de elegir uno u otro modelo de satisfacción:

  • Si estás convencido de que el placer es la brújula que debe guiar tu barco, no tienes que hacer nada especial. Puedes continuar conviviendo con una ocupación que quizá no es el trabajo de tus sueños, pero que no está tan mal, gastando tu dinero en satisfacer tus deseos materiales con el criterio habitual de si te lo puedes permitir o no; quizá, si eres previsor, ahorrando un poco para cuando llegue tu jubilación a los 70 años. Y, mientras haces todo eso, confiar en que ese dinero vaya a seguir fluyendo gracias a tu trabajo o un trabajo similar para que puedas mantener ese gasto, y su placer asociado, a lo largo del tiempo. Encontrarás un montón de compañeros por ese camino y un montón aún más grande de ejemplos en los medios de comunicación y las redes sociales que te ayudarán a sentir que estás eligiendo bien cómo vivir la vida.
  • Por el contrario, puede que intuyas, aunque no tengas aún todas las piezas del puzle, que esa búsqueda constante de placer material que persigue la mayoría de personas y posponer tu libertad hasta los 70 años no te va a llevar a buen puerto y aspires a algo mejor. Puede que no quieras renunciar a alcanzar ese nivel superior de felicidad vía la realización personal que proporciona el dedicarte a algo que de verdad resuene en tu interior cuanto antes, pero que, al mismo tiempo, las restricciones te rodeen y no sepas por dónde empezar.

Si estás en este segundo grupo, tenemos mucho trabajo que hacer. Y el primer paso es que salgas de ese círculo sin fin del que hablábamos en la primera parte de este post. Del círculo que te lleva a perseguir constantemente el placer vía satisfacción de tus deseos materiales y que perpetúa tus restricciones financieras y tu sensación de falta de libertad. Porque si te encuentras y permaneces en él, tu mente y tu corazón acabarán renunciando a otros caminos donde podrías conseguir esa realización personal que anhelas.

Y aquí es donde llega el momento de conectar dos puntos que a primera vista parecen desconectados.

Lo veremos en la tercera parte de este post.

Pura vida,

Frank.

 

2 comentarios en “¿Cuál es la relación entre la libertad financiera y la felicidad? (Parte II)”

  1. Esta creo que es quizá la parte más complicada del asunto, porque requiere romper con valores y creencias que te llevan acompañando toda la vida

    No obstante, acabas siendo consciente de que el cambio es para mejor y acabas entrando (aunque no quieras) en esta nueva forma de pensar…

    1. Efectivamente, ésta es la parte que parece más difícil. Porque requiere hacerse la pregunta. Mucha gente prefiere no hacérsela y simplemente seguir un camino que no desentone demasiado con lo que hace el resto.

      Siempre es bueno hacerse la pregunta, elijas lo que elijas. Por lo menos para desarrollar cierto sentido de identidad y dirigir tu vida con más intención.

Responder a Lander Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.