David y Goliat, de Malcolm Gladwell

 

Puntuación: 9/10

 

Resumen

Nota de Frank Spartan

Encontré las obras de Gladwell por casualidad en una biblioteca de Londres hace algunos años. David y Goliat fue el primer libro suyo con el que me topé. Me atrajo su estilo y la creatividad de sus argumentos inmediatamente y nada más terminarlo leí otros dos libros suyos, Inteligencia Intuitiva y Fuera de Serie, fascinantes también. 

En David y Goliat, Gladwell ilustra una importante lección: Muchas de las situaciones que parece obvio que son mejores que otras, no son tal. O al menos, pueden no serlo. Dependiendo de las circunstancias puede ser altamente preferible encontrarse en una situación distinta a la teóricamente ideal, por razones relacionadas con el comportamiento humano, las fuerzas de la motivación y la influencia de las emociones.

Un escritor altamente recomendable, a pesar de su parecido con Krusty el Payaso, el personaje de Los Simpsons.

Resumen 

Gladwell introduce el tema fundamental del libro analizando la historia bíblica de David y Goliat. Argumenta que la historia real no fue como nos la cuentan y que Goliat no tenía realmente las mayores probabilidades de ganar aquella batalla, sino que las mejores opciones estaban del lado de David.

Lo que habitualmente damos por sentado que es mejor, a veces no es tal. A veces una situación aparentemente débil acaba convirtiéndose en una fuente de gran poder.

Ejemplos de esta idea en una serie de situaciones diferentes:

Número de alumnos por clase

A menudo creemos que cuantos menos alumnos, mejor. Creemos que habrá una atención más personalizada.

Sin embargo, la realidad es que esas situaciones siguen el patrón de una U invertida, no una relación lineal. Reducir el número lleva a mejoras hasta cierto punto, después de ese punto no existe mejora apreciable durante un tiempo, y llega un punto en el que las cosas empeoran. No hay debate, no hay diversidad, no hay energía en la clase, no hay espacio para aire fresco si hay un problema.

Un fenómeno similar sucede cuando alguien tiene demasiado dinero. Los hijos lo aprecian y no alimentan el esfuerzo ni construyen las habilidades para ser autosuficientes y solucionar sus propios problemas.

La elección de universidad

A menudo es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Cuando estás en un ambiente muy competitivo y aprecias que tu valía está por debajo de la media, tu autoestima tiende a disminuir por el fenómeno de comparación relativa, lo que afecta a tu motivación y a tu rendimiento significativamente y hace que tengas más probabilidades de abandonar. Esto sucede porque no te comparas con el resto del mundo, sino fundamentalmente con la gente que te rodean.

Hay estudios que reflejan que los estudiantes top de las universidades de calidad media tienen mejor rendimiento en su trabajo que los estudiantes de nivel medio en las universidades top. La razón fundamental es que se desarrollan en un ambiente en el que se sienten más motivados, lo que favorece la autoestima y el rendimiento.

Acceder a la escuela o Universidad más prestigiosa tiene beneficios, pero a menudo ignoramos las consecuencias menos positivas. Y esas consecuencias pueden tener un gran impacto en cómo un estudiante se desarrolla y actúa en la vida.

Una proporción significativa de los estudiantes en universidades top abandonan y acaban haciendo otra cosa, incluso cuando sus carreras les garantizarían un trabajo y un mayor salario (incluso sin calificaciones top). Las pasiones se abandonan porque la autoestima se ve progresivamente mermada en esos ambientes.

La dificultad deseada

La dislexia suele incentivar a las personas a desarrollar habilidades de percepción y escucha activa muy por encima de la media, como compensación a la menor habilidad de entender el medio escrito. Esta situación puede generar mayores probabilidades de éxito en ciertos ambientes. Por ejemplo, una gran proporción de emprendedores y profesionales de éxito tienen dislexia, y eso no parece aleatorio.

A veces, las dificultades nos fuerzan a examinar las cosas en mayor profundidad y como consecuencia conseguimos un nivel de comprensión muy por encima de la media. Vemos cosas que otras personas que no tuvieron que tomarse tanto tiempo para entenderlo, no ven.

La dificultad a veces nos lleva a ser menos fluidos socialmente y a desarrollar menos la necesidad de ser amables y encajar todo el tiempo con las expectativas de los demás. Como consecuencia, somos más capaces de intentar ideas o métodos disruptivos sin vergüenza. Y por esa razón tendemos a tener mayores probabilidades de alcanzar el éxito. Vamos más allá que los demás y utilizamos métodos que los demás no están dispuestos a utilizar, porque tenemos una interpretación diferente de las normas sociales.

El poder de la autoridad

El caso de Irlanda del Norte y el ejército británico es un ejemplo de que es importante que la autoridad esté legitimada para que las personas se decidan a obedecer. Si no consideran la autoridad como legítima (que se haya ganado el título de autoridad y se lo merezca), no funcionará por mucha fuerza que tenga y por mucha presión que ponga.

Si intentas ese camino, alcanzas un punto en el que la autoridad no legítima genera una rebelión en las personas a las que pretende subyugar por la fuerza. Es necesario empatizar con ellos de alguna manera para que la autoridad sea efectiva. Las personas a menudo no actúan en base a decisiones lógicas, sino que se mueven por las emociones.

La ley de los tres delitos en California es otro ejemplo. Para intentar reducir los niveles de delincuencia, se aprobó una ley que imponía 25 años de cárcel al tercer delito. Era una medida de fuerza para disuadir al delincuente por la severidad de la pena. Sin embargo, surtió el efecto contrario al deseado. Demasiada gente fue enviada a la cárcel durante demasiado tiempo, lo que creo graves consecuencias para sus familias y un rencor acumulado en el Sistema. A pesar de la severidad del castigo, la autoridad antagonizó a la población civil y se convirtió, a sus ojos, en autoridad no legítima. La policía se convirtió entonces en el enemigo y los delitos aumentaron en lugar de reducirse.